La vejez existe cuando se empieza a decir: nunca me he sentido tan joven. -Jules Renard-

El envejecimiento de personas con discapacidad es más severo habitualmente que el de la población sin discapacidad, ya que las patologías crónicas y degenerativas se acrecientan con el paso del tiempo. Por ello tenemos un programa de envejecimiento activo para personas con discapacidad a partir de los 55 años.

Además, en su propio proceso de envejecimiento hay que tener en cuenta también el envejecimiento de la persona cuidadora, en su mayoría cónyuges, que empiezan también este mismo proceso.